Saludos, caminantes.
Este ha sido un fin de semana intenso y lleno de alegrías, donde he vuelto a sentirme escritor gracias a dos acontecimientos fantásticos que quería compartir con vosotros.
Todo comenzó el viernes por la tarde, cuando en el siempre familiar marco del Espai Jove de Benigànim (mi localidad), presentábamos "Legados" ante un público tan ilusionado como yo mismo. Lucía Arenas (compañera escritora local) y Vicent Tormo (en representación del colectivo cultural El Ganxo), condujeron el acto de manera perfecta, y entre los tres hablamos de la novela, del motivo de su nacimiento y cómo la había abordado como autor. En una charla amena, a la que se unieron al final varios asistentes, pasamos una tarde magnífica que se saldó con un éxito absoluto de ventas del libro, pues se agotaron todos los ejemplares.
Con Lucía Arenas y Vicent Tormo |
Pero aquello solo había sido el comienzo de un fin de semana espectacular. El sábado tocaba viaje a Madrid, y apenas bajé del AVE me encontré con la primera alegría: encontrarme con el editor de "Legados", Ismael de Felipe (Ediciones Holocubierta), un tipo la mar de agradable y con el que establecí de inmediato una confianza absoluta, como si ya nos conociéramos en persona de toda la vida.
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Con Ismael de Felipe (izquierda) y el autor Miguel Ángel Moreno (centro), que se unió a nosotros. |
Ya en el Retiro, mientras nos encaminábamos a la caseta 74 de Atlántica Juegos, nos cruzamos con dos autores y amigos valencianos, Joe Alamo y Marta Querol. Ver caras conocidas siempre anima a uno en estos momentos de incertidumbre donde no sabes si la mañana se dará bien. Y vaya si fue así, porque con la ayuda de los chicos de Atlántica, en cuanto me senté en la caseta los libros de "Legados" empezaron a desaparecer en manos de lectores a los que la propuesta de un regreso a la fantasía clásica les sedujo de inmediato.
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Con Lau, una de las primeras compradoras de "Legados", fan del género y a la que espero no decepcionar |
Hubo momentos en los que no daba a basto para firmar ejemplares, con gente que se llevaba los libros de dos en dos. Entre todos los que se acercaron a la caseta, hubo amigos que solo conocía por las redes sociales, como Roberto Alhambra, Yolanda Rocha, Marta Junquera o, sobre todo, Fernando Peramo, que se trajo consigo su colección de publicaciones de Javier Pellicer para que se las firmara (y yo, encantado).
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Con Fernando Peramo, uno de mis lectores más leales |
También se acercaron a saludar amigos que ya conocía personalmente como Miguel Ángel Moreno y Rubén Serrano, que dio pie a la foto divertida de la jornada:
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Según los chicos de Atlántica, este sombrero ha alojado cabezas ilustres como las de Javier Negrete y Andrzej Sapkowski |
Después de una sesión de firmas espectacular en que casi agotamos todos los ejemplares de "Legados" (y no había pocos), tocaba reponer fuerzas. A la comilona se nos unieron la troupe rolera de Ediciones Holocubierta y, entre otros, el buen amigo y compañero Daniel Pérez Espinosa. También estuvieron por allí colegas como Magnus Dagon o Raelana Dsagan.
Pero quedaba la tarde, la tórrida tarde. Bajo un sol abrasador (y no exagero), y que daba precisamente a la caseta 251 de Ediciones Pàmies, haciendo que muy pocos paseantes se acercaran, me apresté a iniciar la defensa de Iberia. Tocaba luchar por "El espíritu del lince" en circunstancias desfavorables, pero una vez más mis íberos demostraron que no hay nada insalvable para ellos, y así un buen puñado de lectores tendrán la oportunidad de conocer la historia de Icorbeles.
Y así fue mi segunda experiencia en la Feria del Libro de Madrid. Todo bueno, así que espero poder repetir más años. ¿Me esperáis el próximo?