Esta semana quería acercaros desde el blog una novela magnífica, aprovechando que la semana que viene estaré en su presentación en Valencia (Bibliocafé, Sábado 14 d emayo a las 18:30 horas). Se trata de Praemortis I. Dioses de carne, del autor Miguel Ángel Moreno. Esta es la reseña, resumida, que también podéis encontrar en un artículo más extenso (con un montón de imágenes y declaraciones del autor) publicado en la web H-Horror, pinchando en AQUÍ.
Os dejo con esta versión resumida.
En Praemortis. Dioses de carne (Grupo Nelson), no existe una sola página que no aporte algo fundamental al devenir del argumento. Miguel Ángel Moreno ha construído un férreo entramado en el que cada escena ha sido planeada y cuidada a la perfección.
La mejor muestra de esta tarea de ingeniería es el origen del mundo donde se desarrolla la trama: Hace más de dos mil años, la Tierra (no sabemos si la nuestra o una versión alternativa) fue azotada por el cambio de órbita de la Luna, que arrastró su campo gravitatorio y cambió de posición los mares del planeta. La humanidad logró escapar de la catástrofe al construir ciudades-plataforma sobre férreos pilares de acero y hormigón armado. La ciudad más importante, donde se desarrolla la historia, es Pináculo, que se levanta sobre un océano violento.
Se trata de un mundo solido, en el que vive una sociedad con toques góticos mezclados con la ciencia-ficción más sórdida. Un contraste impactante.
El argumento surge de unas premisas sencillas pero originales: ¿Cómo sería un mundo en el que cada individuo pudiera saber qué le espera tras la muerte? ¿Y si lo que le espera es una eternidad de sufrimiento, y la única manera de evitarlo fuera una cura farmacéutica? El Dr. Veldecker es un científico cuyo hijo, Robert, sufre una cefalea insoportable. Mientras busca una cura, descubre una sustancia que sume al paciente en una muerte clínica, pero que resucita a las dos horas. Pero los revividos no vuelven sin más, sino que se traen consigo el recuerdo de un lugar horrible para el alma (curioso que el autor prescinda de llamarlo Infierno, y catalogarlo con etiquetas religiosas). Gracias a esa sustancia, Praemortis, Robert Veldecker funda una poderosa corporación que se hace con las riendas del mundo ya que ofrece una escapatoria a ese destino de dolor eterno: el Néctar. Su precio, toda una vida de trabajo al servicio de la organización. Lo que Robert no imagina es que a su alrededor se mueve una conspiración por derrocarlo. Además, todo se precipitará con la aparición de un misterioso ser portador de un secreto que puede cambiarlo todo: el Golem.
Praemortis bebe de diversos géneros: es ciencia-ficción (con reminiscencias de Asimov), pero también tiene la estructura de la fantasía épica. Su componente de intriga es la columna vertebral del libro (magníficas las conspiracions corporativas), sin olvidar la cantidad de escenas de acción trepidante. El ritmo de narración es vertiginoso. Y, como complemento, cabe una interpretación más sutil de la historia, pues ésta se fundamenta en una de las turbaciones existenciales más básicas del ser humano: saber qué hay más allá de la muerte. ¿Cómo actuará un individuo si sabe que está condenado al sufrimiento eterno? ¿Qué estaría dispuesto a hacer por conseguir escapar de ese destino? Y todo sin referencias directas a las religiones actuales.
Estamos también ante una novela coral, en la que es imposible señalar un protagonista principal. La trama salta constantemente de un personaje a otro, lo que al principio puede ser confuso, al menos hasta que el lector se haga a los protagonistas.
Es arriesgado valorar definitivamente la trama de la primera parte de una saga (trilogía, según el autor) sin saber hacia dónde se encamina la historia. Praemortis tiene un final muy abierto, y como apertura de una saga me parece un inicio potente, cargado de originalidad y de ritmo veloz y entretenido. Un libro recomendable para los amantes del fantástico que busquen algo distinto pero, a la vez, reconocible.
1 comentario:
Espero leer esta novela.Se ve que el argumento es super interesante.
Un fuerte abrazo amigo.
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