TIERRA DE BARDOS, CIERRA.
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Alcander, de Luisa Fernández

Ya está aquí... Legados

viernes, 27 de noviembre de 2009

Todos los caminos llevan al hogar - relato

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Saludos, caminantes.
Hace un par de semanas os hablaba de la influencia de la música y de mis "musas musicales". El relato que hoy os ofrezco está íntimamente ligado a esa influencia, tanto que está basado en una canción que me encanta. Al final del relato os dejo la información acerca de la mencionada canción, un vídeo y un enlace para saber más.
Espero que os guste. Y recordad, comentad sin reparos.

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TODOS LOS CAMINOS LLEVAN AL HOGAR
Javier Pellicer



Era 23 de junio.
La fatiga en los huesos, la soledad en los ojos. La ciudad, despiadada, había sometido su espíritu, en otros tiempos tan alegre. Durante los días se arrastraba como alma en pena a la sombra de los altos gigantes de cemento; el ensordecedor caos del tráfico atragantaba sus sentidos; la vorágine mundana lo había convertido en una decadente versión de sí mismo. De noche, la añoranza lo devoraba, la pesadumbre le roía el corazón.
Aquel día tan especial, vencido en cuerpo y alma, se acostó en la cama con una copa de whiskey —con «e»— importado en la diestra, y un álbum de fotos en la otra. Y mientras el alcohol embotaba sus sentidos, y las lágrimas agotaban sus fuerzas, su mente se liberó de las ataduras del dolor.
La visión lo llevó a pasear lejos, muy lejos, tan lejos. Libre de las implacables garras del asfixiante mundo, la distancia perdió todo significado; la tierra dio paso al mar en el tiempo en que dos fugaces pensamientos se suceden, millas y millas quedaron atrás por la fuerza de su anhelo. Y más allá del ya no tan inmenso océano, apareció una isla.
El hogar, de nuevo.
Ligero, se dejó atrapar por el suave y húmedo viento, como el polen que escapa de la flor. La brisa lo llevó amorosamente al lugar al cual su alma se hallaba gustosamente encadenada. Con la delicadeza de una hoja caída de la rama, se posó sobre la cruz cercana a la colina de Spancil.
Era 23 de junio, y en aquel día tan especial había vuelto a la tierra donde nació. La colina era un manto de violetas y verde hierba; el tenue cantar de los estorninos era dulzura y gozo hecho sinfonía; el cielo, cubierto, anunciaba una sutil lluvia, un fino aguacero que portaría brillo y vida a las praderas. El placer lo inundó al saborear el aroma de la tierra y la hierba.
Pero su deseo no había sido satisfecho, no todavía, no del todo. Salvó la milla que separaba la colina de la parroquia de Cluney y allí encontró todo cuanto había deseado.
Era 23 de junio, un día especial, la víspera de la Feria. Los Hijos de Éire se habían reunido en la parroquia como todos los años, y como todos los años charlaban y reían alegremente; y bailaban y bebían entre abrazos. Era un día de fiesta, un día de reencuentros. Muchos de los que partieron habían vuelto, ya fuera en cuerpo o en alma. Unos y otros lloraban. Eran lágrimas de alegría.
Observó a los amigos que se habían quedado, aquellos que, como él, un día fueron jóvenes, intrépidos y alocados. Sus cabellos, antaño oscuros, dorados o escarlata, se habían teñido con el gris de la ceniza, el gris de los años. Sus manos ya no eran tersas, sino que habían quedado deslucidas por el duro trabajo de la tierra. El sastre Quigley era ahora un anciano achacoso. Su mirada, sin embargo, seguía siendo tan chispeante como la recordaba. A todos los había añorado.
Y entre tantos y tantos, estaba ella. Demasiados años habían pasado, pero seguía tan bella como el día en que se despidieron junto a la cruz. Su larga melena, adornada con perfumados lirios, en otro tiempo una cascada de brillante oscuro, había encanecido. Y sin embargo, aún era sedosa y caía calma; su rostro ya no era un tapiz de terciopelo, pero los rasgos no habían perdido la delicadeza propia de su hermosura; la silueta que dibujaba su cuerpo seguía siendo atractiva, grácil y atrayente; del mismo modo, sus ojos, del tono de la miel, aún conservaban aquella calidez que había evocado noche tras noche. La envidia entre las flores más lindas, gentil como el vuelo de una paloma.
Mary, la hija del granjero, la más hermosa de Spancil Hill.
Y se abrazaron. Mientras se besaban, ella le dijo: «Aún te amo, jamás dejaré de amarte». Y lloraron, y se escaparon de la fiesta tomados de la mano, riendo como niños despreocupados. Se escondieron en el granero, y allí volvieron a amarse como la primera vez. Se entregaron el uno al otro con el ardor de los años alejados. Y luego yacieron enlazados, esposos en espíritu, a la espera de que el sueño llegara y los envolviera.
Pero él no quería cerrar los ojos, porque sabía que la visión desaparecería, y volvería a la soledad de un mundo cruel y de una ciudad fría e indiferente a sus deseos; y la perdería otra vez. Lo que había sido tan real se le antojaría un simple sueño al despertar.
Pero no podía luchar y vencer. Sus párpados se convirtieron poco a poco en pesadas velas que no podía gobernar. La miró un último instante, un ángel celestial tan hermoso que dolía saber que jamás volvería a verla.
Un último beso, antes de marchar.
Una última lágrima.
Un último «te amo».
Cuando abrió los ojos, estaba de nuevo en la cama de aquella habitación que jamás había sentido como suya, en aquel apartamento que nunca había sido su casa. El whiskey había empapado las sábanas; el álbum de fotos, abierto por la página que mostraba a una joven muchacha de cabellos negros, había caído al suelo. Lloró sin comprender el motivo, con la vaga conciencia de que había soñado algo maravilloso que jamás recordaría.
Y entonces advirtió que sujetaba algo en su mano cerrada. Al abrirla, una fragancia invadió sus pulmones. El aroma del hogar, el aroma del amor.
El perfume de un lirio engarzado en grises mechones.


Spancil Hill, hoy en día.



Nota del autor:
El relato está basado en una canción clásica del folclore irlandés. Spancil Hill es un paraje real, enclavado entre Ennis y Tulla, en el condado de Clare. Antiguamente su nombre era Cnoc Fuar Choile (La colina de la madera fría). El autor de la canción, Michael Considine, nació en 1850 y emigró a Estados Unidos alrededor del 1870. Enfermó de gravedad. Sabiendo que no le quedaba mucho de vida, escribió un poema en recuerdo de su patria y de su amor de juventud, Mary MacNamara. Envió el poema a su sobrino John, que vivía en Irlanda. Michael murió algún tiempo después. Según se cuenta, Mary MacNamara jamás contrajo matrimonio.
Más datos sobre la historia de esta canción (en inglés):
http://www.geocities.com/lorettapage/irish/span2.html

Y aquí os dejo la magnífica versión de la canción realizada por The Corrs:

sábado, 21 de noviembre de 2009

Publicaciones de tres en tres

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Saludos, caminantes. Después de una semana de pausa, retomo Tierra de Bardos para daros algunas noticias que espero os interesen.

Esta semana ha resultado ser un tiempo de participación en varias publicaciones. A la materialización al fin de la antología "Monstruos de la Razón", en la que quedé finalista hace casi un año con mi relato "El fotógrafo", se han unido dos publicaciones más.



El nuevo fanzine de H-Horror está ya a la venta en la web mencionada, en la dirección de correo pedidos@h-horror.com, al precio de 4 euros. La edición de este segundo número ha corrido a cargo de la Editorial Círculo Rojo, lo cual ha significado un salto cualitativo a tener en cuenta, junto con una ampliación de contenidos. En este nuevo número encontraréis un poderoso surtido de relatos a cada cual más estremecedor. Para mi orgullo, mi relato "0:01" abre la antología de once relatos. Los autores que me acompañan son los siguientes:

-Xuan Folguera
-Senén Lozano
-Julián Muñoz
-Erath Juárez Hernandez
-Gervasio López
-Ender Warkowsky
-Eddie Matheson
-Rafael Pérez
-Jose Luis Cantos
-Pedro Escudero Zumel

Como "extras", podréis encontrar una entrevista a Arancha Sanz, ganadora del Certamen de Terror Círculo Rojo, dos ilustraciones (Francisco Iglesias Vieitez y Migue Guillamón) y un artículo de Anabel Real sobre "El Arropiero", el mayor asesino psicopata de la historia de España. Un contenido variado y muy interesante.



Y la otra publicación donde tengo el placer de participar es la antología "Un árbol en el jardín", donde he colado mi relato "Ángeles de venganza". Esta obra sirve de presentación de la editorial Crealite. El acto de presentación tuvo lugar el sábado pasado en Madrid, como ya anuncié. Los autores que participamos en el recopilatorio somos los siguientes:

· Gloria Muñoz-Campos García
. Edgar-Orlando Jaimes Gómez
. María Teresa Alaez García
. Victoria Mindel Caomar
. Ana Himes
. Javier Pellicer Moscardó
. Marta Graupera Sanz
. Anset Kellar
. Rosario Mar Cenit
. Xavier Colomer-Ribot
. Eduardo Caballero

Esta publicación tiene un toque especial ya que será la primera vez que algo mío sale en librerías. En los próximos días el libro llegará a las librerías y grandes superficies comerciales al precio de 17 euros. Si estáis interesados en adquirir el libro, y no está en vuestra librería habitual, podéis pedir a vuestro librero que os lo mande, o podéis comprar on-line en la página de la distribuidora Latorre Literaria



Como veis, han sido unos días cargados de anuncios. Mientras, sigo con mis correcciones. Espero que a todos os vaya bien, amigos. La semana que viene prometo volver con un relato. Un abrazo a todos.

domingo, 8 de noviembre de 2009

La inspiración del escritor: La música

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Saludos una semana más, viajeros.
La inspiración, el gran amigo y a la vez principal enemigo del escritor. Cuando se tiene, todo es maravilloso y las historias fluyen a un ritmo que en ocasiones nuestros dedos no pueden seguir. Pero ¡ay!, cuando no se tiene el ánimo del escritor, siempre tan propenso a los cambios de carácter, se resiente.
Quizás sea porque últimamente estoy haciendo tareas de corrección de mis novelas y mi cabeza se ha adaptado a esa tarea, pero últimamente mi inspiración está bajo mínimos. Tenía la intención de escribir algunos relatos pero mi musa parece que se ha ido de vacaciones. Ni corto ni perezoso, me he ido en su busca aferrándome a algo que nunca me ha dado la espalda: la música.
Todos los que escribimos estamos de acuerdo en que la inspiración puede llegar desde cualquier lado, pero mi más fiel fuente de inspiración siempre ha sido la música. Hoy os quiero nombrar algunos de esos discos imprescindibles que ensalzan mi ánimo y me llenan de inspiración (o de ganas de escribir, para los días perezosos).
Podríamos empezar con un grupo musical que en los últimos años se ha convertido en uno de mis referencias obligadas:

-Within Temptation: un grupo holandés de música metal-orquestal (al menos sus últimos trabajos), cuyas melodías poderosas me evocan grandes historias de fantasía épica. De hecho, muchas de sus letras están influenciadas por la mitología y la fantasía. Se trata de una música poderosa, con mucha guitarra y batería, endulzada por la portentosa voz de Sharon den Adel, la cantante; en los últimos discos, mis preferidos, las canciones tienen una fortísima presencia orquestal, convirtiéndose a mi modo de ver en himnos grandiosos. ¡Cuánto me he estremecido con su disco "The silent force"! Incluso en muchos de sus conciertos se hacen acompañar por orquestas (no os perdáis el video que os dejo debajo de las portadas; si vuestra conexión de internet es suficientemente buena, os aconsejo que lo veáis en pantalla completa, es impresionante). El resultado es apabullante. Discos preferidos: "The silent force", "The heart of everything" y "Black Symphony".







-Enigma:Antes de los archifamosos discos de cantos gregorianos, o de los indios nativos de América, el compositor y productor alemán Michael Cretu introdujo dichos elementos en la música electrónica-pop en su proyecto musical Enigma. Su primer bombazo fue "MCMXC a.D.", un intenso disco donde fusiona la música electrónica con el rock, sonidos orquestales y canto gregoriano, junto a letras y temática filosófica en ocasiones. Mi favorito es, sin embargo, su tercer disco, "The screen behind the mirror", donde utiliza el sample de Carmina Burana para crear la temática central del disco. Discos preferidos: "The screen behind the mirror".



-The Corrs: Seguramente, junto a Queen y los mencionados Within Temptation, es mi grupo favorito. Los cuatro hermanos irlandeses y su fusión de pop y música tradicional irlandesa me aporta la delicadeza necesaria para algunas historias. Destaco especialmente "Home", compuesto por las adaptaciones de algunas canciones tradicionales irlandesas, elegantemente versionadas por The Corrs. Discos preferidos: "Home" "Borrowed Heaven" (bueno, en realidad todos me encantan)



-Mike Oldfield: ¿Quién no conoce el estribillo de Tubular Bells? (sí, esa que se hizo famosa en cierta película de terror). Mike Oldfield es un clásico que no obstante siempre ha tratado de ir un paso más allá. Cuando escribo ciencia-ficción, suelo ponerme como banda sonora su maravilloso "The songs of distant earth", que como asegura el músico está inspirado en las obras de Arthur C. Clarke (mi escritor de C-F preferido). Discos preferidos: "The songs of distant earth", "Voyager", "Tubular Bells I, II y III).




-Pink Floyd: Otro clásico, los máximos exponentes del rock sinfónico. Quizás sus discos más famosos sean "The dark side of the moon" y "The Wall", pero a mí me inspiran más sus últimos trabajos, en especial "The Division Bell" y "A momentary lapse of reason". Discos preferidos: "The Division Bell", "A momentary lapse of reason".



-Por último podría hablar de las distintas bandas sonoras de películas que también suelo escuchar: "Braveheart", "El día de mañana", "Batman begins", "El Señor de los Anillos"... De todas ellas destacaré sin embargo la banda sonora de la película "The fountain" (La Fuente de la Vida aquí en España). La película me maravilló como ya comenté en un post de este mismo blog, y la música no es menos.



Es todo por esta semana. Espero que la entrada os haya resultado interesante. Podéis participar en los comentarios exponiendo no sólo vuestros puntos de vista, sino también esos discos que os inspiran, tanto si sois escritores como si no lo sois.

Un abrazo a todos.

Narración radiofónica de mi relato "Como hadas guerreras"